Autores: Aitana Castaño y Alfonso Zapico
Editorial: Pez de Plata
Sinopsis: Cuando los niños de las cuencas mineras salían de su pueblo no tenían que decir de dónde eran. Todo el mundo lo sabía. ¿Por qué? Su ropa olía a humo. A humo de las locomotoras, de las chimeneas, de los tubos de escape...
Este libro cuenta la historia de esos niños que después fueron hombres y de aquellas mujeres que vivieron en una tierra poco a poco abandonada. Historias entrelazadas, fundidas sobre el negro de un carbón que ya no suelta humo pero sí memoria, lágrimas y carcajadas.
"Los niños de humo" es una memoria sentimental sobre la minería asturiana. Un libro intenso, crudo, cargado de ternura y humor negro, que recoge el duro testimonio del trabajo en la mina. Aitana Castaño y Alfonso Zapico, en su condición de niños de humo, han apostado todo lo que son en estas páginas que se funden entre la realidad y la ficción. Sus recuerdos. Su tierra. Su historia. La historia de un territorio y un tiempo de lucha, no sólo por la dignidad de los mineros asturianos sino en permanente combate por la libertad.
Opinión personal: Hoy os vengo a reseñar una maravilla en forma de libro. Se trata de Los niños de humo, una recopilación de historias sobre las cuencas mineras asturianas y las personas que las habitan. Los artífices de estas páginas son la periodista Aitana Castaño y el ilustrador Alfonso Zapico, ambos criados en aquella zona, lo cual les permite conocer de primera mano la realidad que el lector se encontrará en este libro. Llegué a él debido a mi relación familiar con la tierra que se describe en Los niños de humo. Siempre he pensado que las cuencas mineras asturianas eran un territorio muy literario que no había sido muy explotado. Ahora solo se me viene a la cabeza alguna obra de la novelista asturiana Dolores Medio, pero no muchos más. Por esta razón, este pequeño volumen de relatos sorprende por lo que se cuenta y por cómo lo hacen los autores. Estas páginas nos muestran pequeños episodios en los que importa mucho más lo que se evoca que la propia trama. El estilo literario de la autora, Aitana Castaño, es rápido, certero, conciso y con un especial hincapié en los diálogos y los monólogos. Este se ve envuelto por una apuesta importante por el lenguaje oral que nos involucra a los lectores en el desarrollo de unas historias que no se leen, se devoran.
Mención especial también merecen los estupendos dibujos de Alfonso Zapico. Si uno los mira detenidamente, se dará cuenta de su calidad y de la forma en la que enriquecen mucho el proceso de lectura del libro. Estos nos trasladan directamente a la realidad que la autora de los textos nos está contando, formando un contrapunto perfecto. Una de las sorpresas que me he llevado al investigar un poco sobre este ilustrador es que se trata de uno de los mejores de nuestro país. Su obra, a la par que extensa, tiene mucha relación con la literatura de primer orden. Además, demuestra un estilo propio y muy personal. Os recomiendo que mientras vais leyendo las historias de este libro, tratéis de ambientaros con los dibujos de Zapico. Seguro que vuestra experiencia de lectura será mucho más profunda.
Volviendo al tema más estrictamente literario, creo que lo mejor de Los niños de humo es que nos encontramos ante personajes de carne y hueso que demuestran el sufrimiento de una época en la que unos pocos hicieron mucho dinero con el trabajo inhumano de unos pocos. También me he identificado con algunas de las sensaciones que se respiran en el ambiente de los pueblos que se crearon al lado de los principales pozos mineros asturianos. Entre ellas yo destacaría dos: la sensación de camaradería entre mineros y la capacidad de salir adelante ante los problemas. De hecho, más que por historias de ficción, este libro está compuesto por conversaciones muy reales que se acercan a lo periodístico. La capacidad literaria de Castaño también nos permite respirar los olores que rodean a toda la acción del libro de una manera muy realista. Sin duda, estamos ante un libro que se devora y cuya lectura dura un suspiro. Esperemos que, con el paso del tiempo, los lectores podamos disfrutar de más entregas literarias de esta autora en las que pueda colaborar con un ilustrador como Alfonso Zapico.
Por todo esto, mi valoración sobre Los niños de humo es la siguiente:
"LOS NIÑOS DE HUMO" ES UNA PEQUEÑA JOYA QUE DEMUESTRA QUE NO SIEMPRE LOS MEJORES LIBROS SON LOS MÁS EXTENSOS. ESTAMOS ANTE UNA VERDADERA MARAVILLA, EDITADA DE UNA FORMA MUY BELLA.
Para aquel que quiera conocer más sobre esta obra, os dejo un vídeo en el que los propios autores cuentan más detalles sobre su proceso de creación. Os recomiendo que lo veais, sobre todo, a aquellos que no conozcáis la realidad de las cuencas mineras. Os abrirá el apetito para ir a comprarlo en vuestra librería más próxima. Os lo aseguro.
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